Oihana Cordero Rodríguez: «Si eres feminista deberías sospechar de los aseos segregados»

Tesis pionera en Granada: «Los hombres tienen más espacio para orinar que las mujeres»

Oihana Cordero Rodríguez es la autora de este trabajo de la Universidad de Granada: «Si eres feminista deberías sospechar de los aseos segregados»

«Los hombres tienen más espacios para orinar que las mujeres (esto está incluso regulado por ley)»

«La diversidad de los cuerpos y de los genitales no es tenida en cuenta. El aseo público segregado cincela y moldea hombres y mujeres ideales e imposibles»

Sin etiquetas en los aseos. Oihana Cordero Rodríguez (1979, Ordizia-Gipuzkoa, aunque vive en Granada hace más de veinte años) ha realizado una tesis, dice que la primera de estas características, en la que desvela los mecanismos del espacio para excluir a aquellas personas que no encajan en el sistema heteropatriarcal, cisexista y capacitista. ‘Aseos públicos y ficciones de sexogénero: prácticas artísticas para el análisis y la transformación del discurso espacial. Universidad de Granada’ es el título del estudio que a través del análisis de las prácticas artísticas (propias y ajenas) y de textos y normativas arquitectónicas, desvela las relaciones del aseo con el cuerpo, con la historia de sus posturas, con la sexualidad, con el miedo, el asco, la diversidad funcional, la raza y la clase, entre otras facetas.

La joven, titulada en Bellas Artes, ha establecido en su tesis que los aseos segregados no sólo dificultan el acceso y el uso por parte de algunas personas trans y por parte de aquellas que se alejan de las construcciones binarias de sexogénero, «su segregación, además, privilegia a los hombres en su construcción más normativa. Esto puede parecer extraño para aquellas personas que nunca hayan visitado ambos aseos (les animo a hacerlo): los hombres tienen más espacios para orinar que las mujeres (esto está incluso regulado por ley)».

Cordero apunta que han constatado que son los entornos artísticos y los entornos LGTBQ los más propensos a producir alternativas reales para confrontar y transformar los discursos de exclusión de los aseos. «Debemos señalar que en otros ámbitos (universitarios, institucionales, etc.) también se están empezando a generar aseos que buscan superar el discurso heteropatriarcal y cisexista que encierra la segregación espacial. Sin embargo, hemos visto cómo estos nuevos espacios recaen en estrategias propias del sistema que se pretende confrontar. Es decir, lejos de eliminar las segregaciones identitarias, están generando una nueva segregación: Ellos, ellas y todo lo demás».

Consciente de la realidad apostilla que sabe que esto puede resultar «polémico, pero también fueron polémicos los primeros aseos para las mujeres en el siglo XIX, o los primeros aseos accesibles de los años sesenta y setenta». Cordero, que ha obtenido en su tesis mención internacional cum laude, ha revisado todos los espacios que ha ido transitando, no se ha centrado específicamente en uno en concreto. En otros contextos, como el estadounidense y el canadiense, por ejemplo, los aseos ‘gender-neutral’ y ‘all gender’ son mucho más frecuentes. Se pueden encontrar especialmente en universidades, museos y centros de arte y, por supuesto, en asociaciones y locales LGTBQ.

La joven artista –su obra se puede consultar en http://www.oihanacordero.com– denuncia que hay muchas discriminaciones en lo aseos. «La más obvia es aquella que tiene que ver con las personas que no responden al binarismo de sexogénero: si no eres o no te defines como hombre o como mujer, no tienes un aseo al que acudir», lamenta.

«Me gustaría advertir que los espacios y los utensilios de los aseos están pensados para unas prácticas y unos usos concretos del cuerpo… La diversidad de los cuerpos y de los genitales no es tenida en cuenta. El aseo público segregado cincela y moldea hombres y mujeres ideales e imposibles y, sin embargo, aparentemente deseados por nuestro sistema social», expone Cordero.

La artista advierte que la cantidad de aseos disponibles para una persona parece alinearse con los privilegios sociales de los que ésta disfrute. Asegura que los hombres tienen más espacios para orinar que las mujeres. Las personas con diversidad funcional disponen de poquísimos aseos. «¿Por qué aceptamos sin problema que un hombre en silla de ruedas, por ejemplo, deba y pueda entrar en el aseo femenino?, ¿por qué los aseos accesibles son individuales?», reflexiona.

Cordero eligió este tema para su tesis, según confiesa, por «una pequeña obsesión. Empecé a transitar ambos aseos y a sacar fotos furtivamente. La primera década de los años dos mil fue para mí, como para otras muchas personas de entornos feministas y LGTB (entonces no poníamos la Q, y la T y B ya eran una lucha) un cambio de paradigma. Terminamos de comprender, gracias a muchos textos y propuestas queer, qué era aquello de la fluidez de género, de lo no binario, lo trans, lo pansexual y polisexual… Le dimos cuerpo a los transfeminismos y supimos entendernos mejor. Digamos que elegí el tema por cuestiones personales, entendiendo que lo personal es político y colectivo. Siempre me he sentido un poco en medio de todo y en tierra de nadie y, en los aseos, no encontraba ese lugar, sólo dos puertas muy claras al respecto. Fue también en 2011 cuando conocí a Alfonso del Río Almagro, mi director de tesis, que me animó en la elección y con quien he recorrido este camino».

Para esta artista el propio análisis del aseo es imposible de llevar a cabo sin el feminismo. «Si tienes una mirada feminista deberías sospechar de los aseos segregados. ¿Por qué es necesario dividirnos? ¿Qué conseguimos con ello?»

Los aseos públicos segregados responden en gran medida al concepto de las esferas separadas: lo público para los hombres, lo privado para las mujeres, según la artista. «Eliminar las segregaciones de los aseos y hacerlos multigénero o mejor aún, aseos a secas, es imprescindible para que aquellas personas que no encajan (o que no queremos encajar) en el sistema binario de sexogénero puedan y podamos ir al baño sin necesidad de exponer nuestros cuerpos, nuestras formas de sentir o de vivir cada vez que queramos orinar. Ir al baño debería de ser algo sencillo al alcance de todas las personas, no una batalla. Las personas que usan los aseos accesibles también saben mucho de ello».

– La Facultad de Bellas Artes, «un ejemplo a seguir».

La Universidad de Granada (UGR) ha dado algunos pasos hacia los aseos multigénero o ‘los aseos’, como a Oihana Cordero le gustaría que se denominaran. A través de la exposición colectiva Disidencias (2016), comisariada por Asunción Lozano y Pedro Osakar, la propuesta artística de esta joven ‘Aseos multigénero’ posibilitó eliminar la segregación de sexogénero de todos los aseos de la facultad y denominarlos ‘multigénero’. La intervención se acompañó de una instalación donde se ofrecían herramientas para comprender lo que estaba sucediendo con los aseos. El fin último era mantener los aseos multigénero más allá del periodo expositivo. «El decano de la Facultad de Bellas Artes, Francisco José Sánchez Montalbán, siempre mostró complicidad con los nuevos aseos y así pudo suceder, los aseos se quedaron y su acogida fue excelente», recuerda Cordero.

«Ahora me hace muy feliz poder decir que ninguno de los 26 aseos de nuestra facultad está segregado por sexogénero desde hace más de tres años. Es más, en diciembre de 2018 la junta de facultad dio continuidad al proyecto institucionalizando por unanimidad los aseos públicos multigénero, que muy adecuadamente perderán su marca de sexogénero para denominarse ‘aseos’, a secas», relata.

En el conjunto de la UGR se han dado algunos pasos, pero a esta joven artista le gustaría «advertir que la dirección que intuyo que está tomando la Universidad va en la línea de generar sólo algunos espacios inclusivos manteniendo la segregación de la mayoría de ellos. Ejemplo de esto son los aseos inclusivos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología construidos a principio del curso universitario 2017-2018».

(Andrea G. Parra, Ideal)